Éste es un hecho crucial tanto en la vida del bebé como en la de su mami, y si encima cuesta tanto como le costó a Martina, entonces se convierte en una pesadilla.
Antes de los tres meses quise iniciar el cambio ya que me quedaba poco para empezar a trabajar. Lo que yo no sabía es que me llevaría un mes entero conseguirlo.
Su padre y yo lo probamos todo, desde todos los bibis que tenían en la farmacia hasta los mil modos de dárselo.
El sabor de la leche no podía ser ya que empecé con leche materna.
Iniciamos con los bibis de la noche porque así estábamos los dos papis en casa. Primero intenté yo durante varios días, pero no había manera, todo el mundo me dijo que al notar mi olor, querría pecho, así q lo probó mi marido, tampoco colaba. Así que empezamos a probar y probar diferentes marcas de bibis con sus distintas tetinas: que si látex o silicona, forma anatómica o de gota... 
Nada de esto parecía gustarle a la princesa, y os aseguro que nos lo demostraba con unos gritos que asustaban.
Así pues después de mirar los mil y un trucos por internet y de pedir consejo a todo el mundo, una amiga me recomendó probar de dárselo sin cogerla en brazos, es decir desde la hamaquita. Así que entre esto, dejarla una toma sin comer y el enésimo bibi que comprábamos, el de tommee tipee, por fin encontramos la fórmula perfecta para Martina.
Lo que peor me sabe, es que después de tantos lloros, ahora que va a cumplir los 6 meses resulta que aún no trabajo y que por tanto se podría haber criado con leche materna hasta los 6 meses como Max.
Y vosotras? Como lo habéis vivido? Algún truco que podamos compartir?
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